Vandalismo.
La señora tiene pinta de ser muy estricta y severa. Va vestida de manera elegante, pero como las abuelas, con un abrigo colocado a modo de chal, sin ponerse las mangas.
-¿Quién es usted?-Le digo.
-¿Quién soy yo? ¡¿Quién soy yo?! ¡¿QUIÉN ERES TÚ?!
Obviamente soy la dueña de esta casa.
-Vale.
-¿Cómo que vale? ¿Creéis que podéis ir asaltando moradas ajenas? Definitivamente la juventud de estos tiempos se está quedando atrás.
-Señora… perdone…-empieza a decir Nora- ¿Ha visto usted los zombies?
La mujer se queda mirando a Nora fijamente.
-Lo siento niñita, pero no estoy familiarizada con ese término.
Ella se inquieta.
-¿Cómo ha llegado aquí?
-Cómo va a ser… Voy a relatarte mi periplo. Estaba en el seminario de historia, del cual soy jefa.-La mujer habla de forma muy detenida- Cuando me fijé que no había nadie en el instituto, por lo tanto, volví a mi coche y conducí hasta casa.
-¿Y no le pasó nada por el camino?
-No.
-Tengo una idea-digo.
La llevo hasta el ordenador, y le enseño fotos de todos los sucesos de ayer y hoy.
-Mirar a las ratas comérselo todo…-dice la señora.
La señora parece muy sorprendida y enfadada cuando acaba de leer todo lo que ha sucedido.
-Entonces… ¡SOMOS SUPERVIVIENTES! ¡Acabo de iluminarme!
Los cuatro la miramos perplejos.
-Ya que somos de los pocos supervivientes que quedan en la tierra, mi deber como mujer sabia, es formaros para que seáis los próximos líderes mundiales.
-¡¡¿QUÉ?!!
Esta señora esta alucinando o algo.
-¡Las clases empiezan esta tarde! ¡Voy a prepararlo todo!
Los cuatro nos miramos perplejos otra vez y Viento dice:
-Dejemosla, menos posibilidades habrá de que se la coman. Además, puede ser divertido.
Tiene razón, podremos probar.
Tras una escueta comida, oímos que golpean una ventana del salón. Es un infectado que quiere entrar. Que siga intentándolo. Lo que me preocupa es que pueda atraer a más.
La señora aparece en el salón. Lleva un buen montón de libros bajo el brazo, y lleva gafas, aunque solo tienen una patilla. Sin decirnos nada aparta todos los muebles y coloca cuatro sillas pupitre.
Nos sentamos lentamente. Preparados para cualquier cosa.
-Esto es ridículo-dice Ella.
-Señorita, silencio. Va a empezar la clase-dice Viento.
-Exactamente-dice la señora.
Esta situación me hace olvidar lo mal que están las cosas fuera.
-Me llamo Pura. Mi misión es formaros para que podáis ser algún día los líderes del mundo, ya que está siendo devastado por esta tragedia. Primero comenzaré con lo más importante. La historia. La historia, para que conozcáis vuestras raíces… Cómo son las personas… Primero empezaré con lo básico.
Seguidamente nos entrega unas fotocopias. Las fotocopias están llenas de apuntes. Hay tantas letras que no se ve el blanco del papel.
-Esto es el AEIOU para pasar el curso. El espíritu de los temas. Comenzaremos con la edad contemporánea, ya que por vuestra edad, parece que habéis estudiado ya la antigua, la medieval y la moderna. ¡Eh tú!-Le dice a Ella- No se ralla, se atiende a la profesora. El aprendizaje es lo más importante, la educación. El día que te mueres, cuando tienes cien años, continúas aprendiendo.
Ojalá hubiera tenido a esta profesora en mi instituto. Seguramente hubiera apuntado todas sus citas en mi agenda, esto va a ser legendario.
-¡Hala! ¡Vámonos todos a arar campos! ¡A hacer carreteras! ¡A poner ferrocarril!
Y comienza a explicar la situación social del proletariado en la edad contemporánea, y como los burgueses comenzaron a hacerse notar.
Automáticamente mi mente se sumerge en la historia… y poco a poco voy captando cosas.
-¿Por qué no apuntáis nada? El lápiz es fundamental en mis clases.
-¿Qué hora es?-dice Nora.
-No preguntes la hora, porque me fastidia. Qué feo hace eso… Estar diciendo la hora.
-¿Qué llevas en la boca?-le dice a Viento
-Un chicle.
-Ah, pensaba que era la tapa del boli.
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