domingo, 14 de noviembre de 2010

Capítulo 1. Parte 7.

Derribos.

¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Dos minutos? Parece una eternidad. Viento se suelta de Nora y dice:

-Voy a ayudarles.

Enseguida me enfado.

-Te han dicho que no salgas. ¿Quieres que te muerdan?

-¿Tienes miedo?

-Claro.

-Yo también, pero las cosas son así, no vamos a cambiar nada si nos quedamos aquí, dejando que los demás hagan todo el trabajo. Sabes que esta situación no tiene solución, y lo que hay que hacer es aceptarla, cosa que tú no has hecho.

Me callo, sé que debería decir algo, pero no me salen las palabras. No quiero que salga fuera, pero no puedo impedírselo. Nora lo coge de las manos.

-Yo también voy a salir.

Me apoyo en una de las paredes del camión, a punto de llorar, mientras Nora y Viento salen del camión. Pero yo tampoco permanezco mucho tiempo dentro, ya que nada más salen oigo disparos.

Fuera puedo ver como el vehículo militar había chocado contra una camioneta y un camión, pero podría haber sido peor, ya que hay varios coches aplastados contra un edificio, que ha quedado totalmente destrozado.

Varios infectados, que parecen ser trabajadores de la construcción, han cogido al soldado que nos explicó toda la situación y están devorándolo. Antes de que me vean, corro a toda prisa hacia donde están Viento y Nora. Nora está ayudando a unos niños que están atrapados en un coche, y viento está disparando a una veintena de zombies que salen de un edificio en construcción. Me acabo de dar cuenta de que aún no he matado a ningún zombie. No será por mucho tiempo. Le agarro una pistola a Viento y voy a por los que se estaban comiendo al soldado. Mi puntería es pésima, y la pistola tiene mucho retroceso. Los zombies notan mi presencia y vienen hacia mí, pero son muy lentos. Consigo dale a uno en el pecho, éste da un giro y cae al asfalto salpicándolo todo de sange.

-Qué bueno-dice Viento riéndose.

Nos colocamos espalda contra espalda, armas en alto. Él agarra mi brazo y lo coloca firmemente entre su brazo y su torso. No me puedo mover.

-¡Gira y dispara!

Todo queda muy peliculero. Nos movemos hacia los zombies, giramos en el sentido de las agujas del reloj y disparamos al mismo tiempo, como una ruleta mata-zombies.

-¡Cómo mola!-grita Nora.

Cuándo paramos de girar, los zombies ya están muertos.

-No quiero que te derrumbes. Si algo tenemos que hacer es intentar sacarle provecho a la situación. Nos van a seguir, pero nosotros seremos más rápidos.

-Si me derrumbo, podré elegir levantarme. ¿No?

Viento sonríe.

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