sábado, 13 de noviembre de 2010

Capítulo 1. Parte 6.

Rodando.

Viento y Nora han hecho buenas migas. A pesar de que puede que me vean cómo un insociable, me alejo de ellos. Estamos en un vehículo militar, de esos que salen en las películas. Nos encontramos en la parte trasera, donde hay una especie de asientos. Hay varios soldados con nosotros.

Salvo por Nora y Viento, todos estamos callados.

-Perdone-le dice Viento a un soldado-¿Qué es lo que ha causado el brote de infección?

El soldado debe de tener la edad de nuestros padres. Parece muy afectado por la situación.

-No tenemos bastante información aún, todo ha ocurrido demasiado deprisa. El brote comenzó hacia las tres de la madrugada del 13 de Noviembre de 2010, es decir, ayer. No se sabe su origen, y no comenzó en un continente en particular, si no en los cinco al mismo tiempo. Las autoridades creen que se trata de terrorismo, pero también puede haber sido una infección en la comida.

Viento asiente y pregunta;

-¿De qué formas te puedes contagiar?

- Depende de la edad y de la constitución física. Hemos recibido un informe que decía que los bebés, niños y adolescentes sois prácticamente inmunes, sólo os contagiáis por vía sanguínea, mientras que los adultos y ancianos también pueden contagiarse por vía respiratoria, aunque sólo si el nivel de agentes biológicos nocivos es muy elevado.

De repente imagino un mundo sin adultos. Sea cual sea el motivo de la infección, nos ha fastidiado y mucho. Si no lo controlan… puede que los humanos desaparezcamos.

Nora me llama. Voy hacia donde están y me siento entre los dos. No quiero que se hagan amigos y me dejen tirado.

-Lord Leonardo Federico Ernesto de Wellington me ha dicho que vaya con vosotros a partir de ahora. ¿Lord Leonardo Federico Ernesto de Wellington?

Estoy harto ya de los estúpidos nombrecitos.

¿Nora con nostros? Me parece bien, ya que sola no durará mucho… pero no la veo disparando con la escopeta.

-Vale-digo.

Nora se pone a dar grititos y a abrazar a Viento. “Viento” es el nombre que más me gusta.

Viento abre un poco las cortinas de la parte trasera del vehículo. Seguimos en la ciudad, pero estamos en las afueras. Veo como hay gente no infectada que huye en coches o que prepara sus casas como si de un huracán se tratase.

De repente, el vehículo da un movimiento muy brusco y caemos hacia atrás, se oye una explosión y un par de zombies intentan entrar por el hueco de atrás.

El estruendo de las ametralladoras estalla en mis oídos. El ataque es corto, ya que los zombies caen enseguida. Pero nos hemos parado. ¡Deberíamos estar circulando ya a toda pastilla! Los soldados salen del vehículo rápidamente, pero no disparan. Pasa el tiempo y yo me muero de miedo. La respiración de Nora es muy fuerte y rápida. Viento parece ser el más calmado de los tres. De repente un soldado asoma la cabeza de entre las cortinas

-No pasa nada, simplemente hemos chocado. ¿Dónde están los dos ancianos que había aquí?

Me había olvidado completamente de ellos. Pueden haber muerto ya, o peor, haberse convertido.

-Vamos a intentar solucionar el problema. No salgáis del camión, es una orden.

No pienso salir.

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