viernes, 5 de noviembre de 2010

Capítulo 1. Parte 4.

Cortante.

La verdad es que no me he parado a pensar detenidamente en la situación en la que estoy metido. No quiero dejar que las cosas ocurran por sí mismas, quiero planificarlo todo y tomar decisiones. Pero no puedo, este problema es demasiado grave. ¿Cuántas personas de mi familia están bién?

Cojo el teléfono y llamó a mi madre.

-¿Mamá?

-¡MENOS MAL QUE ESTÁS BIÉN! ¡CARIÑO! ¿¡ESTÁS A SALVO!?

-Sí, estoy en una comisaría…

-GRACIAS A DIOS QUE ESTÁS BIEN…

-¿Dónde estás?

-Estoy en el colegio de tu hermana, hay mucha gente más conmigo, estamos todos bien.

Y se corta la conversación.

Me quedo mirando el teléfono, se le ha agotado la batería. -¡Aah! Te odio.

El policía que nos ha abierto la puerta entra en la habitación, va armado hasta los dientes.

-¿Cómo estáis? ¿Tenéis heridas?

Coge un brazo de Viento y comienza a inspeccionarlo.

-Estamos bien-digo mientras me levanto del sofá.

-Tenemos a unas siete personas arriba, ya se han instalado. Pero me temo que se nos acabará la comida pronto. Entonces tendremos que salir.

-¡No se preocupe!-dice Viento-Denos un arma y nosotros iremos al supermercado más cercano.

Y lo dice tan tranquilo.

-¿QUÉ?

-¿Prefieres salir fuera cuando las calles estén repletas de zombies?

Me callo y me vuelvo a sentar, cruzando los brazos. Enfadado. Odio esto. Es insoportable.

-Cuando te acostumbres a esto, te encantará.

-¿Eres tonto?

No debería de actuar así, pero es que me pone de los nervios.

De repente, interviene el policía.

-Me parece buena idea, avisaré a un compañero, cerraremos bien la comisaría e iremos a por la comida. Pero tranquilos, traeremos armas de sobra.

Este hombre también es tonto. No sé en qué establo le enseñaron a ser policía.

No me puedo creer que estemos a punto de salir de la comisaría. Llevo una escopeta en la mano, y una pistolera con una mágnum. Impresionante. Los dos policías llevan armas que ni sabía que existían, y Viento va igual de armado que yo.

-¿Habéis mirado por las cámaras si habían bichos?

-Todo despejado.

Se abre la puerta de golpe. La calle vacía. Salimos a toda prisa. Andamos en una formación extraña con forma de rombo.

Aparecen de la otra esquina unos cuantos zombies bastante lentos, deben de haber oído el estruendo que ha armado el agente. Esta gente es demasiado peliculera.

Son bastante lentos, pero nosotros nos hemos parado.

De entre ellos, aparece uno que corre como una flecha. Se mete en la comisaría.

Los policías van corriendo detrás de él para evitar el desastre, sin embargo Viento tira de mí una vez más.

-Como vuelvas a tirar de mí, te disparo en la cara.

Supongo que quiere que corra. Joder. Estábamos perfectamente en la comisaría. ¿Ahora donde iremos? El colegio donde se encuentra mi madre está demasiado lejos para ir andando, y todos los coches de estas calles están en siniestro total.

Viento dispara con una pequeña pistola a la cabeza de los zombies lentos. Caen como moscas al suelo. Me doy cuenta de que tengo que estar alerta, así que adopto un estado de apunte constante con mi escopeta.

-Deberíamos ir más rápido-digo.

-Deberíamos saber a dónde ir-dice Viento.

Una niña cruza la calle a toda velocidad. Llora desesperadamente.

-Pues vamos bien, si queremos sobrevivir deberíamos de tener las ideas claras.

Salgo corriendo hacia delante, y Viento no tiene más remedio que seguirme.

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