viernes, 22 de octubre de 2010

Capítulo 1. Parte 1.


CAOS










El sol me golpea en la cara. Es uno de esos días en los que el cielo es soleado, pero el aire es frío. Ando con la cabeza gacha, mirando como mis pies golpean el duro suelo al caminar.

Me apoyo en una pared gris de hormigón para protegerme del frío. Veo a la gente ir y venir. Ha sonado la campana hace cinco minutos y el recreo ya está lleno. Parece que Javi no baja, su profesor debe de haber alargado la clase. Voy a la cafetería. Un lugar que, en un instante está a rebosar, en otro instante está vacío.

Al entrar, mi cuerpo recibe el calor del interior. Me acerco a la barra de la cafetería. La mujer, que ya me conoce, sabe que voy a pedirle un panini de bacon.

Entra un chico de tercero y le dice algo a un grupito de chicos que estaban en una mesa y se van corriendo. A través de las ventanas de la cafetería veo a más gente corriendo en la misma dirección. “¿Qué estará pasando?” pienso. “Será alguna chorrada”.

Al salir de la cafetería compruebo que absolutamente todo el mundo ha desaparecido. No tengo más remedio que ir a ver que pasa.

Desciendo las escaleras con pasos torpes y veo a la gente aglutinada. Parece que rodean a alguien. Al acercarme aumentan los gritos. Llego a la multitud, pero no veo nada. De repente alguien me coge del brazo.

-¡Cuánto has tardado! ¡Empezaba a preocuparme!

-¿Qué ha pasado, Javier?

-A ese chaval, estaba hablando con alguien a través de la valla, y dicen que se han enfadado…y eso.

-¿Y este jaleo?

La multitud se agita. La gente empuja, es insoportable, quiero irme.

-¡Se ha desmayado!-gritan varias voces.

Llegan incluso profesores. Creo que aproximádamente toda la gente del instituto está aquí.

Consigo escapar de entre la gente y llego hasta un banco a unos cincuenta metros del barullo.

-¡Corre!- me gritan.

Alzo la vista y veo a un chico de cara ligeramente alargada, ojos muy oscuros y pelo corto con el flequillo peinado ligeramente hacia arriba. Lo he visto en los pasillos, tiene un año más que yo.

El chico llega hasta mí, me coge de un brazo, y me empuja hacia delante.

-¡Corre!

No deja de decir lo mismo una y otra vez. Corro lentamente para intentar que deje de decir eso, ya que no tengo ni idea de por qué lo dice. Es bastante desconcertante.

El chico dice que me dé prisa. Llegamos al otro extremo del patio cuando comienzan los gritos. Me giro, pero todos están corriendo hacia donde estamos nosotros. Sigo al chico, que está intentando saltar la valla. Consigo llegar a la parte de arriba, me giro y veo a un chico a lo lejos, con heridas por todo el cuerpo, bastante graves. Escupe sangre por la boca.

Me he dejado caer por la impresión, pero el chaval de ojos oscuros me ha agarrado al vuelo.

Le intento dar las gracias, pero tira de mi brazo otra vez y corremos calle abajo. Estamos en una calle bastante amplia, pero desierta, salvo por el cadáver mutilado que hay en medio de la calzada.

1 comentario:

  1. ufff, vaya comienzo, creo que no me he enterado de la mitad, pero está interesante, ¡sigo leyendo!

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